Al reformar baño una de las primeras cosas que el cliente suele pedir es que se elimine la bañera y se coloque en su lugar un plato de ducha. Las razones son varias: la comodidad a la hora de entrar y salir de la ducha, la comodidad a la hora de limpiar y también el menor espacio que ocupa la ducha.
Pero hay quién sigue prefiriendo una bañera, incluso en un cuarto de baño pequeño, por diferentes motivos. Los tres más usuales son los siguientes:
-El placer del baño en la gente más joven. Cuando se es joven hay tiempo y tiempo por delante para aprovechar la bañera sin miedo a las dificultades para entrar en ella. Una bañera puede disfrutarse durante muchos años y, más adelante, cambiarse por un plato de ducha sin ningún tipo de problema.
Incluso personas en su madurez optan por el placer del baño y, en caso de que más adelante sea necesario, pueden hacer el cambio muy fácilmente. Cambiar una bañera por un plato de ducha es una obra bastante sencilla que no implica tener que cambiar todo el cuarto de baño.
-La utilidad de la bañera cuando hay niños pequeños. Con los niños, la bañera es algo muy importante. Los bebés disfrutan mucho del baño pero cuando ya son niños, también se lo pasan en grande con los juegos en la bañera. Es un momento muy especial del día y suele serlo hasta bien entrada la infancia.
Los baños resultan muy relajantes para niños inquietos, ayudándoles a conciliar el sueño y a relajarse antes de dormir. Para esto también ayudan los geles de aromaterapia especialmente pensados para este tipo de pequeños.
– Si se distribuye bien el espacio, la bañera siempre cabe. Quizás haya que renunciar a otros elementos del cuarto de baño, como el bidet o un mueble auxiliar, pero seguro que por muy pequeño que sea, si se organiza bien hay sitio para una bañera de al menos un metro y medio. Esta es la medida mínima para poder usarla con comodidad.
Muchas personas deciden utilizar todo el ancho del cuarto de baño para colocar su bañera, consiguiendo así un espacio perfecto, a medida y una mayor facilidad a la hora de poner una mampara o una cortina, ya que solo es necesario cubrir el frente de la misma.