1) Tienen derecho a jugar. Son niños y no podemos pretender que se comporten como adultos. Ellos quieren jugar y divertirse y si bien esto no es una patente de corso para que puedan destrozar su cuarto a su antojo tampoco podemos pretender que cuiden un parquet como si fueran adultos o que no toquen con las manos sucias una pared.
Por eso muchos padres optan por soluciones económicas y reversibles, como los suelos vinílicos o las moquetas. Este tipo de suelos no hay por qué pegarlos, se pueden colocar como si fueran alfombras y sujetarse con los muebles más pesados para evitar que se muevan. De este modo pueden colocarse sobre suelos de madera o sobre plaquetas sin tener que estropearlos.
Si se hace bien, casi no se notará la diferencia y el niño podrá jugar en el suelo, arrastrar sus coches de juguete, colocar sus construcciones o pasear su cochecito de bebé sin que estés pensando en que se va a estropear el suelo.
La pintura lavable en las paredes es también una buena opción para no sufrir porque el niño la manche, ya que se podrá limpiar con una esponja y quedar como nueva, mientras el pequeño aprende poco a poco a cuidar sus cosas.
2) Evita preocuparte y evita preocuparlos. Lo que hemos hablado para suelos y paredes también debe de aplicarse al resto de elementos de la habitación. No se puede estar siempre preocupados por si el niño mancha la colcha de cama o si engancha las cortinas. Optar por cortinas baratas y colchas outlet hace que los padres se relajen y que, de paso, no transmitan esas preocupaciones al niño.
El pequeño tendrá que aprender a tratar sus cosas con cuidado, pero cada edad tiene sus responsabilidades y en el proceso de aprendizaje ocurren accidentes y errores. Mejor prevenir que lamentar.
3) Crecen más rápido de lo que imaginas. Es cierto, los niños crecen muy rápido y la decoración que es tan bonita y tierna para un bebé deja de serlo para un niño que ya empieza en el cole. Y esta también quedará desfasada en pocos años.
Las etapas del niño son muy diferentes y por eso las decoraciones resultan efímeras. Lo mejor es gastar poco en ellas y poder variarlas según el niño crece y también según van variando sus gustos. Así, siempre tendrá una habitación adaptada a su edad y no supondrá un gasto extra conseguirlo.