Pros y contras de crear tu propia PYME

¿Estás pensando en invertir en tu propia empresa? Si eres autónomo y llevas tiempo en el negocio, tal vez has pensado en dar un paso más y contratar a algunos empleados para ampliar tu negocio. Esto tiene algunos pros y también algunas contras que debes analizar con cuidado.

Entre los puntos a favor están las posibilidades de crecer y abarcar proyectos que no puedes llevar a cabo tú solo. Podrás trabajar en cosas que te dejen un margen de ganancia más amplio o, simplemente, realizar más encargos al mismo tiempo, por lo que podrás mantener una cartera de clientes mayor. Además, al tener un equipo trabajando contigo, podrás dejar de lado algunas tareas que no son las que te gusta hacer o las que se corresponden más con tu formación. Incluso, en algunos casos, puedes dedicarte a dirigir, coordinar y buscar clientes mientras que otros realizan el trabajo propiamente dicho.

Todo esto te da la posibilidad de desarrollar habilidades que has adquirido con la experiencia de trabajar día a día y también de descargarte de los trabajos más físicos. Pero no puedes pensar en que tendrás menos trabajo ya que es posible que, al menos en los inicios, el llevar el control de la empresa y de los empleados puede ser una tarea muy dura. Al menos hasta que puedas hacerte con un equipo que funcione de verdad y tengas una o dos personas de confianza en la que puedas ir delegando tareas. A medio plazo, si lo haces bien, esto sería lo que debería de ocurrir. Una buena cosa para lograrlo es ofrecer incentivos a aquellos trabajadores que ves que de verdad responden y que quieres conservar a toda costa. Estos incentivos pueden ser primas económicas, pero también Contratar seguro de salud para pymes o pagarles cursos de formación interesantes.

En contra tienes, como no puede ser de otro modo, el riesgo económico. Para crecer hay que invertir y si las cosas no salen adelante, tendrás que afrontar las pérdidas. Algunos empresarios ponen su casa como garantía o los ahorros de toda la vida, por lo que no hay que tomar este riesgo a la ligera. Además, si estás acostumbrado a realizar personalmente los trabajos, puede costarte dejar que otros tomen las riendas y renunciar al control absoluto. Muchas cosas pueden no salir como tú quieres, sobre todo al principio y esto puede generar frustración.