Pan de leche apto para intolerantes a la lactosa y celíacos

¿Te imaginas un pan que puedan comer los intolerantes a la lactosa y también los celíacos? ¿Un pan que además es muy fácil de hacer y que está delicioso? Pues te lo presentamos: el pan de leche de solo tres ingredientes. Para realizar este pan solo necesitas un huevo, 6 cucharadas de leche en polvo sin lactosa y un poco de polvo para hornear. Esto para cada ración de pan que quieras cocinar. Es rápido, delicioso y muy ligero por lo que también se puede tomar en una dieta.

La preparación no podría ser más sencilla, solo tienes que batir los tres ingredientes hasta que queden perfectamente integrados. Puedes batir la clara de huevo por separado hasta ponerla a punto de nieve y añadirla con movimientos envolventes. Una vez listo, solo hay que poner la mezcla en un molde de silicona y al horno.

Se cuecen con rapidez, normalmente tardan sobre quince minutos a una temperatura de 180 grados. Por el color es fácil ver cuando ya están preparados. Una vez fuera del horno hay que esperar a que enfríen para disfrutar de todo su sabor.

Esta receta ofrece un pan neutro que combina tanto con mermeladas para el desayuno como con fiambres para un bocadillo. Pero si se quiere añadir un punto de sal o una cucharadita de edulcorante válido parara horno es posible. En este último caso tendríamos un pan dulce al estilo de las medias noches.

Si no tienes un molde de silicona no pasa nada. Puedes engrasar y enharinar cualquier bandeja y colocar la masa sobre ella. La cantidad que hemos dado da para una ración compuesta por dos panecillos pequeños. Es preferible dividirla porque se cocinará mucho antes y tendremos una mayor seguridad de que están bien hechos en el interior.

Con estos panecillos puedes hacer la merienda de tus hijos para el cole, ahorrando mucho dinero respecto al pan para celíacos que puedes comprar además de que es un producto con mucho mejor sabor. La leche en polvo sin lactosa no es fácil de conseguir en cualquier tienda, pero sí se encuentra en Internet sin especial problema. Seguramente, al igual que ha pasado con otros productos sin lactosa, acabe resultando más popular a medida que pase el tiempo y, especialmente, cuando estos panecillos comiencen a tener tanto éxito que todo el mundo quiera cocinarlos.

Tres desayunos saludables según tu actividad

El desayuno es una comida muy importante, pero se debe de hacer en función de la actividad física que se realiza. Os presentamos tres tipos de desayuno muy saludables para personas con distintos grados de actividad.

Desayuno para personas con actividad muy intensa

Pensados para quienes van al gimnasio nada más levantarse y, a continuación, afrontan una jornada laboral con actividad física. Pueden completar el desayuno con una barrita energética a media mañana acompañada de un vaso de batido con yogur.

El desayuno comienza con un café con Leche semidesnatada Ecológica sin lactosa para los intolerantes a este azúcar y normal para quienes no tienen problemas, un plato de muesli especialmente preparado con avena y frutos secos y acompañado de yogur natural y un plátano. El muesli se puede sustituir por una alternativa salada, como un sándwich de pavo con aguacate y tomate y un yogur con frutos secos.

Desayunos para personas con actividad media

Es el desayuno ideal para quienes no van a ir al gimnasio, pero sí que realizan actividad física durante toda la mañana. Pueden completar el desayuno con un café y una tostada con jamón a media mañana para coger fuerzas.

Un café con leche semidesnatada ecológica, unos huevos revueltos elaborados por un huevo completo y la cantidad de claras que se deseen y completados con jamón dulce y una tostada de pan. A mayores, una pieza de fruta. Con este desayuno consiguen tomar altas dosis de proteínas muy saciantes y que ofrecen mucha energía, pero también hidratos gracias a la tostada, grasas saludables procedentes de la yema del huevo y fibra y azúcar de la fruta.

Desayunos para personas con actividad ligera

Son los desayunos perfectos para quienes tienen una vida relajada desde el punto de vista del esfuerzo físico. Por ejemplo, aquellos que realizan trabajos de oficina. No necesitan una gran cantidad de calorías ni aportes extras, por lo que pueden permitirse un desayuno saludable y ligero que pueden fortalecer con un café y una pieza de fruta a media mañana.

Un café con leche ecológica desnatada, un yogur, una pieza de fruta y una tostada con jamón serrano es un desayuno perfecto. Los lácteos y el jamón aportan una buena cantidad de proteínas, así como una ligera cantidad de hidratos que se completa con el aporte de la tostada. La fruta completa el desayuno con la dosis de vitaminas, azúcar y fibra necesarias.

¿Sabemos lo que bebemos? 

Con tanta variedad de productos en el supermercado, los consumidores se están empezando a desquiciar. La información que llega a la mayoría de ellos es parcial e inexacta. Sirva de ejemplo el producto lácteo. Cada vez son más las personas que defienden el abandono de la leche animal por las bebidas vegetales. Al fin y al cabo, cada uno es dueño de sus actos y se alimenta como quiere. Pero difundir informaciones erróneas no es bueno para nadie. 

Así sucede también con la leche sin lactosa. Muchos detractores y muchos defensores de este producto esgrimen argumentos dudosos para fortalecer su posición. Hay quien pregunta, por ejemplo, si la leche sin lactosa tiene calcio porque ha leído en tal o cual sitio que este tipo de leche tiene menos vitaminas y minerales que la leche tradicional. Y esto no es así. 

Probablemente, la confusión en relación a la leche sin lactosa y otros productos similares enfocados al consumidor con intolerancias alimentarias está relacionado con su propia denominación. Llamar a este producto leche sin lactosa es equívoco puesto que sí tiene lactosa. Por ahí pueden venir las dudas de algunos de consumidores: si no tiene lactosa, tampoco tiene calcio, piensan. Pues no es así.

Para facilitar la digestión de la leche a aquellas personas intolerantes a lactosa, se aplica un tratamiento especial que consiste en añadir una enzima denominada lactasa que descompone la lactosa. No se elimina nada, no se le quitan componentes de forma que sus valores nutricionales permanecen inalterados. Así que sí, la leche sin lactosa tiene calcio, el mismo que otro tipo de leche.

Ahora bien, también existe otro punto importante en relación a la leche sin lactosa que repercute en su imagen: su sabor. El sabor de la mayoría de leches sin lactosa que encontramos en el mercado es ligeramente más dulce que la tradicional. Esto no se debe a que se añada azúcar, sino que es una consecuencia del añadido de la lactasa, factor imprescindible, como sabemos, para conseguir una leche más digestible. No obstante, muchas marcas ya trabajan en conseguir una leche sin lactosa con un sabor más cercano al tradicional.

LAS VERDURAS PARA OTROS

Mucha gente se está volviendo demasiado escrupulosa a la hora de comer, lo sé porque el otro día me encontré con unos amigos que me dijeron que solamente tomaban Productos lácteos con certificado europeo, como si el certificado europeo fuese una garantía total de calidad. Es como si me dicen que solo comen productos con certificado inglés, después de que los ingleses son los responsables directos de varias enfermedades de animales que nos llevaron a la histeria colectiva, y no me extraña nada de los ingleses porque no es que Inglaterra tenga una pinta demasiado saludable.

 

Ahora con las modas de ponerse en forma mucha gente se ha hecho o vegetariana o lo que es peor vegana, porque los veganos no comen nada que venga de origen animal. Aunque el otro día vi en la tele como se hacían unos veganos unas morcillas hechas con la propia sangre de cada uno. Esto al mismo tiempo que raro me pareció asqueroso y no solamente a mí sino a todos los que estaban presentes en el programa donde lo enseñaron.

 

Personalmente no voy a cambiar mi forma de comer, más que nada porque ya tengo una edad y ya sé lo que me gusta y lo que no me gusta, y normalmente las cosas que se comen cuando estás a régimen no me gustan y no me van a gustar. Esas comidas son básicamente verduras y odio las verduras, solo como tres cosas verdes judías, guisantes y lechuga y tampoco es que las coma demasiado. Ese es uno de los principales motivos por el cual no es que sea muy delgado, pero eso no es algo que me quite el sueño. Las verduras mejor se las dejo a otros a los que les guste más. En casa de algunos de mis amigos me intentan colar algunas verduras sobre todo en las pizzas que como saben mucho a tomate y beicon el sabor de las verduras es casi inapreciable, pero que no se crean que me engañan porque siempre sé si le han echado algo que no debería de estar en la pizza.

¿Cruasán con mantequilla o con margarina?

Seguro que te has fijado como en algunas cafeterías, en la sección de bollería anuncian en grandes letras que tienen cruasán de margarina. Si algo se anuncia de una forma tan llamativa debería de ser porque es algo bueno, ¿no? Pues lo cierto es que no es necesariamente así.

Si eres intolerante a la lactosa, el cartel puede ser toda una invitación a disfrutar de un cruasán ya que no pueden hacerlo generalmente. Pero cuidado, el hecho de que se anuncie como hecho con margarina no quiere decir que no pueda llevar suero de leche o cualquier otro componente con lactosa, así que lo mejor es preguntar.

Si eres vegano seguramente pienses que es buena cosa, ya que estarás ante un bollo sin grasas animales. Pero como en el caso anterior, te pedimos que no des nada por supuesto ya que si no tiene la etiqueta de producto vegano es posible que contenga grasas animales además de las grasas vegetales de la margarina, pues el hecho de no tener mantequilla ni implica nada más que eso, que no tiene mantequilla. O puede llevar huevo entre sus ingredientes.

Y si no eres intolerante a la lactosa ni vegano estarás pagando por un bollo más insípido o y prácticamente con las mismas calorías que el de mantequilla. O tal vez por un bollo con mucho sabor conseguido a base de aumentar grasas y azúcares, es decir, hacerlo todavía menos saludable. Así pues, ¿crees que te merecerá la pena?

Si no puedes comer un cruasán porque eres intolerante a la lactosa puedes hacerlo en tu casa con mantequilla central lechera asturiana en su variedad sin lactosa. Así te estarás comiendo un bollo hecho en casa que si bien puede tener azúcar y calorías siempre será mucho más saludable que el que te vayas a comer en un bar.

Si eres vegano igualmente te recomendamos que te prepares el bollo en casa y así puedas estar seguro de que no lleva componentes de origen animal e incluso puedas optar por alternativas más saludables que el azúcar para darle sabor y dulzor. Y lo mejor de todo es que prepararlos lleva muy poco, por lo que no será un gran trabajo extra.

En definitiva, lo que te estamos diciendo es que un bollo industrial nunca va a ser un producto saludable por mucho que se quiera vender como tal.

DISCUSIONES POR EL MENÚ

Estos días en los supermercados las ventas son superiores a otras épocas del año, no es que encuentres más gente de lo normal, pero sí es cierto que los clientes se gastan mucho más dinero que en otros momentos del año porque no compran cosa que compran asiduamente como productos de centrallechera o de otras marcas. Eso es porque todo el mundo quiere que tanto la cena de nochebuena como la comida de navidad de su casa agrade a todos los comensales que tenga a comer o a cenar. Pero aunque en muchas ocasiones se esmeren en agradar a todos no llegan a conseguirlo, y eso normalmente es por culpa de la avaricia o egoísmo de algún otro miembro de la familia, y esto pasa más a menudo de lo que os podéis imaginar.

 

En mi casa por ejemplo, llevaban toda la vida haciendo un estilo de carne que estaba mucho más que buena, pero parece que desde que mi abuela ya no hace la cena de nochebuena les molesta hacer esta carne. Yo estoy cansado de discutir para que no dejen de hacerla, ya que yo a la cena voy mayormente por esa carne, ya que no es que me encante el marisco y no como pescado para cenar. Estoy convencido de que no quieren hacer la carne que a mi me gusta porque a las que cocinan que normalmente son mi tía y mi madre y ellas no comen carne prefieren comer pescado. Y el pescado lleva unos años trayéndolo uno de mis primos que se ha convertido en un pescador experto. El año pasado pescó un pescado que no le cabía en el horno, por fortuna en casa de nuestra abuela tenemos un horno mucho más grande de lo normal y ahí sí que pudo cocinar el pescado, pero eso no quita que él también haya discutido con mi tía por ese motivo. El mayor problema de todo es mi tía, que se cree que es la que manda en la familia y está muy equivocada. Si es por discutir, personalmente no voy a dejar de discutir si creo que tengo la razón en lo que pienso, por mucho que ella se empeñe.

¿Puede quitarse la lactosa de la leche?

Si has visto en el supermercado la leche libre de lactosa tal vez te preguntes cómo es el proceso mediante el cual se quita ese azúcar a la leche. ¿Es realmente posible separar la lactosa de la leche y eliminarla? Lo cierto es que no.

Pero, ¿cómo es posible entonces que haya leche sin lactosa? La respuesta hay que buscarla en la naturaleza y en la química. Para digerir determinadas sustancias el intestino humano necesita de enzimas digestivas. La que se encarga de la digestión de la lactosa se conoce con el nombre de lactasa. Las enzimas digestivas se encargan de romper los polímeros presentes en los alimentos para descomponerlos en moléculas más fáciles de digerir.

La lactasa, por ejemplo, actúa sobre la lactosa descomponiéndola en los dos azúcares simples que la forman: la glucosa y la galactosa. Estos azúcares son mucho más fáciles de asimilar por el intestino. Los mamíferos sintetizan en su intestino delgado lactasa desde el momento en que nacen para poder digerir la leche de sus madres. Es muy raro encontrar casos de intolerancia a la lactosa en bebés, aunque es cierto que existen. Sin embargo, si no se toma leche de forma habitual, es fácil dejar de producirla al llegar a la edad adulta, apareciendo así la intolerancia.

Por suerte, el hombre ha sido capaz de sintetizar lactasa en laboratorio y ahora, esa enzima digestiva se puede encontrar en formato de polvo o de comprimidos en muchas tiendas. Los intolerantes a la lactosa solo tienen que tomar esas pastillas de lactasa antes de consumir lácteos y podrán hacerlo sin problema.

Pues esta misma lactasa es la que se añade a la leche durante su proceso de preparado antes del envasado. Al añadir lactasa a la leche, la lactosa se descompone y deja de estar presente como tal, solo lo estarán la glucosa y la galactosa. Este proceso tiene como consecuencia una leche apta para los intolerantes, aunque no para los alérgicos ya que la alergia a la leche no tiene nada que ver con la lactosa, sino con la proteína de la leche, la caseína.

Este proceso hace que la leche varíe ligeramente su sabor, teniendo un gusto un poco más dulce. Si bien no es una diferencia significativa, algunas marcas corrigen esto para que la leche sin lactosa no se diferencie de la leche normal que venden con su marca.

Tomar leche sin beberla es posible

Muchas mujeres se encuentran con que al llegar a la menopausia, su médico le recomienda que comience a tomar más leche para aumentar el consumo de calcio. Pero en muchos casos, estas mujeres no han vuelto a tomar leche desde su infancia y no sienten ningún deseo de comenzar a consumir una bebida que no les resulta nada atractiva.

Por suerte, hay maneras de tomar leche sin beberla y para eso están los productos derivados de lacteos. Por ejemplo, tomarse un yogur equivale a tomar un vaso de leche y es mucho más sabroso para muchas personas. El truco está en elegir un yogur bajo en calorías y sin azúcar añadido para tomar un producto sano y ligero que no haga que se aumente de peso, algo que también es habitual al llegar a la menopausia.

Otra manera de aumentar el consumo de derivados de la leche es tomando natillas light. La mejor manera de garantizar que son naturales y bajas en calorías es hacerlas en casa, usando leche desnatada y edulcorante en lugar de azúcar. En Internet se pueden encontrar muchas recetas sencillas de hacer y muy bajas en calorías para que no haya problemas por darse un capricho.

Las gelatinas de leche son otra manera deliciosa de tomar leche… sin beberla. Si no las has probado ya estás tardando, porque son muy fáciles de hacer. Solo tienes que poner al fuego un litro de leche desnatada o 0% y darle sabor con algo. Puedes usar café, canela, vainilla, cacao desgrasado sin azúcar… Cuando esté muy caliente añádele edulcorante y las láminas de gelatina. En el paquete te indicará cuantas usar para un litro de líquido. Si le añades tantas como indica el paquete tendrás una gelatina dura, pero si le añades dos o tres menos, tendrás una crema espesa muy parecida a la panna cotta, pero sin tantas calorías.

Los batidos de leche con fruta son también una deliciosa manera de tomar leche. Esta vez sí es bebida, pero gracias a la fruta o a los cereales estaremos hablando de un sabor totalmente distinto. Un batido natural que es perfecto para media mañana o para la merienda, alimentándote y ayudándote a conservar la línea ya que puedes hacerlos con leche desnatada o 0%.

Por último, los helados de yogur son una deliciosa forma de tomar leche sin beberla, sobre todo en verano. Pero deben de ser bajos en calorías y no se puede abusar de ellos.

Receta de brownie

Si quieres disfrutar de un postre cargado de sabor ahora es el momento con esta receta de brownie de chocolate. Sigue los pasos para hacerla y seguro que dejarás a todos sin habla.

 

Ingredientes para seis personas:

 

150 gr. de chocolate negro para postres

200 gr. de mantequilla central lechera asturiana

200 gr. de azúcar

80 gr. de harina

4 huevos

10 nueces

Agua

 

 

Para adornar el postre:

 

100 gr. de chocolate negro para postres

golosinas de colores rellenas de chocolate

menta

 

Elaboración:

 

Para hacer este brownie lo primero que tienes que hacer es poner los huevos en un bol, batirlos y añadir azúcar. El siguiente paso será trocear el chocolate y la mantequilla.

Colócalos en un bol y deja que se fundan al baño maría. Remueve todo con cuidado. Cuando todo esto esté fundido tendrás que poner los huevos y removerlos bien.

Acto seguido tendrás que fundir el chocolate y añadir unos hilos de este dulce ingrediente por encima. Lo mejor será que acompañes todo esto con unas golosinas que ya estén rellenas de chocolate. Para decorar puedes poner con una hoja de menta. Ya estará tu postre listo para servir.

Recomendaciones

Debes tener en cuenta que este postre es una opción nutritiva. Muy adecuada si queremos dar un aporte a nuestro organismo de proteínas de calidad, azúcares y grasas. Pero también de vitaminas y minerales.

No hay que hacer demasiado caso a una serie de mitos que aseguran que el chocolate provoca acné o que sube el colesterol, porque el chocolate negro no lo hace.

 

 

Este postre es ideal para los días más especiales y es que el chocolate negro es mucho más sano de lo que pensamos. Es una opción estupenda para dar una merienda sana y que a los más pequeños les guste. Por ejemplo, una buena merienda para un niño pequeño puede ser una onza de chocolate con un trozo de pan. No hay que olvidar que el chocolate negro también aporta minerales como el potasio, fósforo y magnesio, por lo que es un alimento recomendable y completo si se toma con moderación.

¿Puede la bebida de avena sustituir a la leche en todas las recetas?

Las personas con intolerancia a la proteína de la leche o que han optado por un estilo de vida vegano ven en la leche de avena una alternativa muy saludable a la leche de vaca. Esto permite poder tomar un café, un vaso de cacao caliente o unos cereales con total normalidad.

Pero cuando se sufre una intolerancia de este tipo lo normal es que la persona se acostumbre a cocinar muchas de las cosas que come porque no hay demasiadas alternativas en el mercado: galletas, magdalenas o bizcochos sin leche empiezan a verse en algunas estanterías, pero siguen siendo muy minoritarios, especialmente si quieren hacerse también sin huevo.

La bebida de avena es quizás la que mejor se adapta y mejor sustituye a la leche de vaca en todas las recetas que se pueden encontrar en Internet. Su sabor es diferente, pero al contrario que otras bebidas vegetales no es demasiado aguada, lo que hace que acabe sabiendo demasiado a las harinas y tampoco tiene un sabor excesivamente fuerte que termine protagonizando en exceso lo que se ha cocinado.

Evidentemente, hay que acostumbrarse al sabor de la bebida de avena, pero tiene la ventaja de que, en la mayoría de las recetas, puede sustituirse la leche por la avena sin problemas, en la misma proporción y sin variar la cantidad de harina ni de azúcar que se tenga que añadir.

La bebida de avena es dulce, por eso algunas personas rebajan un poco la cantidad de azúcar de la receta. Pero otros no notan esta diferencia hasta el punto de tener que variar las cantidades usadas. En cualquier caso, siempre es cuestión de ir probando y de realizar las variaciones que se vean necesarias en el segundo intento. Así, se encontrará el punto justo de sabor.

En lo que se refiere a los valores nutricionales son similares a los de la leche semidesnatada, aunque la leche tiene más proteínas y menos hidratos de carbono. La leche de avena, a cambio, tiene menos grasa y por tanto también tiene menos calorías. En general, una persona no va a notar demasiado el cambio de una leche a otra en lo que se refiere a sus valores y tampoco hace los postres significativamente más ligeros porque la diferencia es de tan solo diez calorías cada cien mililitros de producto.