¿Chocolate salado? Si no lo has probado, no sabes lo que te pierdes

Estamos acostumbrados a que los bombones sean algo exclusivamente dulce porque es la manera tradicional en la que los hemos consumido en España. Pero si miramos con detalle a los dulces que más se venden, vemos que hay algunos que nos dan una pista de que las combinaciones del chocolate pueden ser mucho más que con otros dulces. Por ejemplo, los bombones con menta, todo un clásico que nos demuestra que podemos casar dos gustos que, a priori, nos pueden parecer muy diferentes. O los bombones rellenos de naranja amarga, que también tienen mucho éxito y que producen un delicioso contraste entre el dulzor del cacao y la naranja, con ese regusto que te deja tan especial.

Pero lo que no estamos acostumbrados es a mezclar dulce y salado, algo que sí es habitual en otros países, especialmente los sudamericanos. Allí, comprar bombones de sal y limón es algo habitual. Y tiene mucha lógica. Porque la sal lo que hace es acentuar el sabor de los alimentos, por lo que al añadirla al chocolate, se consigue que tenga un toque que no hace si no despertar la lengua para que pueda disfrutar más todavía del gusto del chocolate bien dulce y con una textura ultra cremosa que se deshaga en la boca

En el mercado ya encontramos tabletas de chocolate con pizcas de sal o de picante y quienes las prueban se dan cuenta de que, aunque en principio pudieran parecerles combinaciones poco atractivas, la realidad es que causan una explosión de sabor que es muy gratificante. Y con los bombones ocurre exactamente lo mismo. El truco está en que el chocolate sea de muy buena calidad, porque al intensificarse el sabor también vamos a notar mejor los matices y esto siempre es mucho más agradable cuando hablamos de un producto de muy buena calidad.

Las combinaciones de dulce y salado no se ciñen solo a los chocolates, también las vemos en la fruta. Es otra costumbre muy común en países de América el añadir sal a frutas dulces, como el mango. Y lo que se logra con esa arenita de sal es que la fruta tenga un gusto mucho más intenso. Tal como ocurre con nuestro melón con jamón, que es una combinación de fruta y salado que puede ser una buena pista de lo bien que estos sabores combinan.