4 regalos muy románticos con 4 presupuestos diferentes

Para tener un detalle romántico no hay que tener mucho dinero, solo hay que escuchar a la otra persona, conocer sus gustos y sorprenderla con algo que sepamos que le va a hacer ilusión y que se adapte a nuestra economía. Por eso, estos cuatro detalles románticos que proponemos cuentan con presupuestos muy diferentes pero todos ellos cumplen con el requisito de ser un bonito detalle con esa persona a la que queremos.

  1. Flores. Las flores siempre son bien recibidas y si se regalan sin ser una fecha especial, solo porque sí, se convierten en un detalle muy romántico y en una inesperada sorpresa. Hay flores para todos los presupuestos, desde un ramo sencillo con flores de temporada hasta ramos de rosas de todos los tamaños y precios. Recuerda que lo importante no es la cantidad ni lo que te gastes, hay personas que prefieren unas margaritas a las rosas o a las orquídeas.
  2. Una cena romántica. Aquí también puedes jugar con presupuestos bajos y medios según lo que puedas y quieras gastar. Una cena puede ser muy romántica con independencia de qué se coma. Elige un local bonito, que tenga encanto y en el que podáis tener una mesa ligeramente apartada para que estéis a gusto. Hay locales muy sencillos pero decorados con muy buen gusto que son perfectos para una cita romántica de bajo presupuesto.
  3. Una escapada. Para presupuestos medios y un poco más elevados. Hay escapadas de tipos muy diferentes, puede ser un fin de semana, con solo una noche por medio, a un lugar cercano pero que ayude a romper con la monotonía. Una escapada a una casita rural cercana puede ser muy romántica ya que este tipo de establecimientos suelen estar pensados para este tipo de cosas, con bonitas decoraciones y ambiente muy íntimo. Además, podréis pasear por la naturaleza y disfrutar de tiempo a solas. Si el presupuesto es mayor, las opciones son muchas como una escapada a París o a Roma.

4. Una bonita joya. Otra opción para presupuestos medios, que puede ir desde unos preciosos anillos oro blanco a juego hasta cualquier otro tipo de joya que te apetezca regalar. Los modelos más sencillos son aptos para un presupuesto medio y, en este campo, no hay un tope en lo que se refiere a los altos. Pero, de nuevo, se trata de acertar en lo que le gusta de verdad.

Tictacs con historia: las mayores curiosidades del sector relojero

Breguet, rolex, Omega y otras firmas relojeras de prestigio han realizado valiosas aportaciones al sector, siendo protagonistas de algunos de los mayores avances e innovaciones: la portabilidad, el funcionamiento bajo el agua, la resistencia a la corrosión, etcétera.

En particular, la introducción de nuevos materiales siempre marca un precedente, y así sucedió cuando Rolex presentó el acero inoxidable 904L en los años ochenta. Esta aleación contaba con una durabilidad superior al acero 316L que venían utilizando otras marcas.

Un siglo y medio atrás, Breguet impulsó otra de las evoluciones más importantes del sector relojero con la invención del reloj de pulsera. En el siglo XIX, María Carolina de Austria hizo este peculiar encargo a la marca suiza. De este modo, nació el Breguet N.º 2639, que crearía escuela entre las contemporáneas de la Reina de Nápoles.

No fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando los relojes de pulsera pasaron de ser un complemento femenino, a convertirse en un instrumento valioso en las trincheras, donde los campanarios y los relojes de pared carecían de utilidad.

Porque en la antigüedad, para consultar el tiempo no bastaba con girar la muñeca: había de localizar una torre o un campanario equipado con un reloj. Estas creaciones de época siguen funcionando, como vemos en el Big Ben de Londres o en el Zeitglockenturm de Berna, en Suiza. Pero una curiosidad al respecto es el hecho de que el reloj más grande del mundo no esté en Europa, sino en Arabia Saudí: hablamos de la torre Abraj Al Bait, cuyas manecillas son visibles a treinta kilómetros de distancia.

Al igual que Rolex, Omega es sinónimo de glamour y buen gusto. La mayoría desconoce, sin embargo, que su reloj Marine fue el primero en mantener su operatividad bajo el agua, resultado de un sistema de sellado con corcho que garantizaba el hermetismo de su mecanismo interno.

Falsificaciones en relojes: caras y de poca calidad

Muchas personas que no pueden o no quieren pagar el precio de un reloj de marca de calidad se plantean la compra de una falsificación. Pero ¿merecen la pena? La respuesta es claramente que no.  Para empezar, nos encontramos con diferentes tipos de falsificaciones. Las más habituales son las baratas, de muy mala calidad y que salta a la vista que tienen poco o ningún parecido con las originales. Solo tenemos que ver en un Distribuidor oficial Relojes Tissot en Vigo uno de estos relojes y no hace falta ni ser expertos ni tener el ojo entrenado para detectar que el otro es falso.

Estos relojes, evidentemente, no solo no se parecen en nada a los originales, es que además son de ínfima calidad en sus materiales y duran prácticamente horas. Pero ¿y las llamadas falsificaciones idénticas? Por mucho que digan, no existen falsificaciones idénticas. Incluso si el reloj se ve tan igual por fuera que no les damos distinguido, por dentro no se van a parecer en absoluto. En estos casos, nos vamos a encontrar con que pagamos un reloj falso, pero no a un precio que a fin de cuentas poco nos supone, sino a un precio elevado. Vamos a dar mucho dinero por algo que no tiene garantía alguna y que no sabemos cómo nos va a responder. O, mejor dicho, sabemos que no va a responder como un original.

En poco tiempo, el reloj acabará dando problemas y dejando de funcionar, por lo que nos habrá salido muy caro ya que el original puede durar toda la vida sin dar problemas o, al menos, muchísimos años antes de tener que realizar algún tipo de mantenimiento.

En otros casos, el reloj funciona, pero su aspecto externo que parecía tan bueno deja de parecerlo y los metales comienzan a perder brillo, o directamente algunas partes de lo que parecía metal se rebelan como plásticos de mala calidad. Nos encontramos con un reloj que, aunque todavía funciona decentemente, ya no nos sirve para poner porque en lugar de ser un complemento estético y bonito es algo que afea y que nos hace parecer descuidados.

Por último, no olvidemos que comprar algo falsificado es un delito y una falta de respeto al trabajo de muchos profesionales que han creado un reloj de alta calidad y con todas las garantías, un reloj que no nos saldrá caro al final.