Cuando algunas personas escuchan hablar de que es necesario tener autorización para ir a Ons y que es preciso anotarse en la Web de la Xunta de Galicia para poder visitar la isla, confunden esto con el que se estén tramitando entradas islas ons en el sentido de que tenga un coste acudir a la isla.
Por eso, es importante señalar que visitar las Ons es totalmente gratis y el trámite está relacionado exclusivamente con el hecho de que, al ser un espacio protegido, el número de personas que pueden ir cada día está limitado para garantizar la conservación del espacio. Lo único que hay que pagar es, eso sí, el billete del barco que nos llevará allí ya que las navieras son privadas y no es un servicio gratuito.
Es muy importante ser consciente de a dónde vamos de vacaciones, sobre todo cuando queremos visitar un lugar protegido. Las normas en estos lugares no están puestas porque sí y, aunque a veces no podamos entender por qué nos mandan hacer algo, no debemos de dudar de que hay una razón para una prohibición o para una obligación y que siempre se hacen pensando en lo que es mejor para el entorno.
Algo que suele ser frecuente es que la gente inicialmente no entienda por qué no se puede dar de comer a las aves de la isla. Para quienes no están acostumbrados a ellas, darles comida puede resultar divertido y nada problemático. Pero, sin embargo, sí es un problema. Primero porque solemos darles alimentos que no son aptos para ellos, con lo cual podemos causarles enfermedades. Segundo, porque las aves pueden acabar acostumbrándose a ser alimentadas y cambiar su modo de vida. Cuando en invierno no hay visitantes, aparecerán los problemas. En tercer lugar, aves como las gaviotas, se han acostumbrado de tal forma a la gente y tienen un carácter altamente depredador. Esto hace que no tengan miedo en lanzarse a robar comida. Incluso pueden llegar a hacerlo de la mano de los niños si encuentran la ocasión. Esto causa sustos en la gente que acaban estando incómodos en la playa por la actitud de estas aves, que muchas veces han potenciado los propios visitantes al saltarse de manera continuada la orden de no alimentar a las aves o de no dejar basura, como restos de comida, en este paraje a conservar.