Rumbo a Ons: Una Aventura en el Corazón de las Rías Baixas

La idea de ir de visita a las islas ons siempre me ha fascinado. Ese archipiélago, parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, promete una experiencia única, un viaje a un paraíso natural donde el tiempo parece detenerse.

La preparación para la excursión es parte de la emoción. Consulto los horarios de los barcos desde Bueu, el punto de partida más habitual, y me aseguro de reservar mi billete con antelación, especialmente en temporada alta. La demanda es alta, y no quiero quedarme en tierra.

El día de la visita, me levanto temprano, ansioso por descubrir los secretos de Ons. El puerto de Bueu bulle de actividad, con visitantes de todas partes esperando para embarcar. El viaje en barco es corto, pero suficiente para disfrutar de las vistas de la costa y sentir la brisa marina.

Al llegar a Ons, me siento transportado a otro mundo. La isla es un refugio de paz, con senderos que serpentean entre bosques de pinos y playas de arena blanca. El sonido de las olas y el canto de las gaviotas son la única banda sonora.

Decido empezar mi recorrido por el sendero del Faro, uno de los más populares. La subida es suave, y las vistas desde la cima son espectaculares. El faro, con su imponente presencia, domina el paisaje, y desde allí puedo contemplar la inmensidad del océano Atlántico y la costa gallega.

Continúo mi camino hacia la playa de Melide, una de las más hermosas de la isla. El agua cristalina y la arena fina invitan a un baño refrescante. Me relajo un momento, disfrutando del sol y la tranquilidad del entorno.

La isla también ofrece la oportunidad de explorar su patrimonio cultural. Visito el antiguo poblado marinero de O Curro, con sus casas de piedra y sus hórreos tradicionales. Me imagino la vida de los isleños, su conexión con el mar y su lucha por sobrevivir en un entorno exigente.

Antes de regresar al continente, me detengo en uno de los restaurantes de la isla para degustar la gastronomía local. El pulpo á feira, el arroz de marisco y el pescado fresco son algunos de los platos que me tientan.

La visita a las Islas Ons ha superado mis expectativas. Es un lugar mágico, donde la naturaleza y la tradición se combinan para crear una experiencia inolvidable. Me llevo conmigo el recuerdo de sus paisajes, la tranquilidad de sus playas y la amabilidad de su gente.

¿Eres de multitud o prefieres la tranquilidad?

¡Qué diferentes somos las personas unas de otras! Hay quienes se sienten en su salsa en medio de una multitud y no les molesta ni el ruido y el tener gente alrededor. Al contrario, adoran sentirse en medio del ambiente y su carácter extremadamente sociable los lleva a entablar relaciones con quienes les rodean. Las multitudes son, para ellos, una excusa perfecta para conocer gente y disfrutar de actividades en grupo con otras personas. 

Para este tipo de personas la playa de rodas en las islas cíes es un paraíso por muchos motivos. Por el valor que tiene paisajístico, por las aguas azules, por sus arenas blancas y, sobre todo, porque ahí es a donde va la mayor parte de la gente que baja de los barcos cuando van a Cíes. Y, aunque es un arenal extenso, se llena de gente que, además, va con la idea de disfrutar de un gran día y, por tanto, de socializar. No solo los niños comienzan pronto a juntarse entre ellos sin haberse visto nunca, también hay grupos de jóvenes que acaban disfrutando de juegos juntos y haciendo nuevas amistades.

Otras personas, por el contrario, prefieren estar en lugares en los que hay menos personas, donde la tranquilidad reina y no se escuchan gritos, música ni tantos ruidos por todas las esquinas. Estas personas son las que, cuando bajan de los barcos de Cíes, se disponen a darse una vuelta y caminar hasta alguna de las calas, preferiblemente las menos conocidas y accesibles. Lógicamente, en Cíes nunca van a estar solos y tampoco lo pretenden, pero sí que podrán relajarse leyendo un libro, escuchando música con sus auriculares o dando un paseo por la arena sin tener que esquivar a grupos jugando a las palas o caminando para bañarse.

Esto mismo sucede en los locales de ocio. Los sitios de moda solo tienen su razón de ser por que hay mucha gente a la que no le molesta estar en medio de la multitud, al contrario, les parece que esto es lo más divertido cuando salen. No obstante, siempre hay pequeños locales, esos en los que siempre están las mismas personas y uno se siente casi en familia, en los cuales hay espacio para moverse y hasta se puede disfrutar de una copa sentados a altas horas de la noche.

Y tú, ¿a cuál de los dos grupos perteneces?

Bouzas, uno de los barrios más turísticos de Vigo

La ‘Ciudad Olívica’ es sinónimo de naturaleza, arquitectura, buena comida y mejores playas. Cuando se descubre Vigo a través de sus barrios y distritos, tarde o temprano se entiende que Bouzas concentra como ningún otro los principales atractivos del municipio pontevedrés.

Más que Alcambre, Navia, Oia y otros barrios, Bouzas refleja el espíritu marinero del litoral de Galicia, con un paseo marítimo de tres kilómetros y una ‘legión’ de embarcaciones adornando sus costas, donde los destinos de sol y playa sorprenden al público visitante.

O Adro destaca entre los arenales más frecuentados, con cerca de quinientos metros de longitud y diez metros de ancho. Dispone de ‘Bandera Azul’ y goza de una ubicación céntrica. Otro tanto puede decirse de Bouzas, la playa por excelencia de este barrio costero. Sus arenas finas y aguas claras invitan a relajarse al final de día o divertirse con deportes acuáticos.

Por su parte, la iglesia de San Miguel de Bouzas es una invitación sincera a explorar las raíces religiosas del barrio. Este templo cristiano se erigió a mediados del siglo dieciséis, y su bella arquitectura ha resistido admirablemente el paso de los años. En sus inmediaciones se sitúa la pérgola del arquitecto Jenaro de la Fuente Álvarez.

Para adquirir productos frescos de la localidad, no hay nada como visitar el mercado de Bouzas, en activo desde la década de los veinte. En sus puestos, que se organizan todos los miércoles y domingos entre el Liceo Marítimo y la calle Eduardo Cabello, es posible encontrar prácticamente de todo.

Los turistas con aficiones gastronómicas, Bouzas no decepciona gracias a la calidad y variedad de sus establecimientos, cuya carta de sabores hace hincapié en los productos del mar. Las tabernas, mesones y restaurantes como La Tula, Habemus, Tragad’eira, Patouro, Bar Ribeiro, Lua Chea, La Carpintería o Bar Mondariz son una parada obligada.

Mágicas islas gallegas

Las islas gallegas tienen mucho de mágicas. Te van a conquistar porque lo tienen todo para enamorar a sus visitantes. Y no hablamos solo de las más famosas islas de Galicia islas cíes, sino también de Ons o de otros lugares como San Simón. Pero, ¿por qué estas islas tienen esa magia que las hace únicas? Te contamos las razones por las que la mayoría de las personas que visitan las islas gallegas, repiten.

Para empezar, son lugares de gran belleza. Muchas de ellas son espacios protegidos y por eso las visitas están restringidas. Pero eso lo que hace es que se conserven mucho mejor y su belleza no se estropee por un exceso de gente por sus rutas y playas. Solo por el hecho de poder estar en lugares naturales tan bonitos vale la pena el desplazamiento. Pero esta belleza no es la única de sus cualidades.

En muchas de ellas tendrás playas de ensueño. La famosa playa de Cíes, considerada una de las mejores del mundo, con un enorme tamaño y sus arenas doradas ha protagonizado cientos de artículos de periódicos y revistas especializadas. Pero en Ons, puedes encontrar calas de menor tamaño pero de una belleza absolutamente singular. Siempre vas a tener un tipo de playa acorde a tus gustos cuando acudas a las islas gallegas.

Si no te gusta la playa, el senderismo y la fotografía son dos cosas que puedes hacer en las islas, ya sean juntas o de manera individual. Las rutas de senderismo te llevarán a los puntos más espectaculares de las islas para que no te pierdas los mejores miradores o los espacios desde los que puedes ver aves protegidas, siempre sin molestarlas. Te sumergirás de lleno en la belleza de la naturaleza más pura dentro de estos lugares.

Además, estas islas gallegas tienen todas mucha historia detrás. Puedes conocer la historia de estas islas y ver en persona los lugares en los cuales sucedieron acontecimientos que parecen dignos de películas, como por ejemplo Drake paseando por las Cíes para planificar sus ataques a la costa. ¿No te parece mágico poder estar en sitios en los que han ocurrido este tipo de historias? Sabemos que no es probable pero, ¿quién te dice que no puedes encontrar los restos de un tesoro pirata perdido o cualquier material que haya quedado en la isla que venga de esa época? Pura magia.

La Evolución Geológica de las Islas Cíes: Un Libro Abierto

Quienes visitan las Islas Cíes suelen quedar prendados de sus aguas cristalinas y playas de arena blanca, pero pocos se percatan de que están paseando sobre un verdadero milagro geológico que data de millones de años atrás. La evolución geológica de las Islas Cíes nos cuenta una historia épica de colisiones continentales, erupciones volcánicas y cambios drásticos en el nivel del mar, elementos que conjuntamente han esculpido este paisaje único en la costa de Galicia.

Las Islas Cíes forman parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, y son el resultado de una serie de procesos geológicos fascinantes. Originalmente, estas islas eran parte de la masa continental, separándose del continente a través de la acción erosiva del mar y los movimientos tectónicos. La presencia de diferentes tipos de rocas, como granito y esquisto, revela esta tumultuosa historia geológica que ha dado forma a las islas.

Para el visitante curioso, entender estos procesos puede transformar una simple caminata por la playa en una exploración del tiempo geológico. Al caminar por el sendero que lleva al Faro de Cíes, uno no solo se deleita con la vista panorámica, sino que también pisa sobre lo que fue el lecho de un antiguo océano, ahora elevado a gran altura por la fuerza de las placas tectónicas. Estos mismos procesos son responsables de la formación de los acantilados dramáticos que ofrecen esas vistas fotogénicas que todos amamos.

Además, las formaciones rocosas de las islas revelan periodos de intensa actividad volcánica. El granito que se puede ver en varias zonas de las islas, con sus intrincadas venas de cuarzo, cuenta la historia de magma que se enfrió lentamente, cristalizando en profundidad antes de ser expuesto por la erosión. Es fascinante pensar que el suelo que hoy pisamos tiene un origen tan ígneo y violento, aunque ahora predomine la tranquilidad y la belleza paisajística.

Pero, ¿qué sería de un relato geológico sin un poco de drama marino? Durante la última era glacial, el nivel del mar era considerablemente más bajo, y se cree que las Islas Cíes estaban conectadas al continente. Con el fin de la glaciación, el mar comenzó a subir, aislando estas perlas geológicas y creando el paisaje insular que hoy atrae a miles de visitantes cada año. Este cambio no solo modificó la geografía, sino que también ayudó a preservar la biodiversidad única de las islas, permitiendo que especies tanto terrestres como marinas florecieran en aislamiento.

A lo largo de los siglos, la erosión provocada por el viento y el agua ha moldeado las rocas de las islas, suavizando sus contornos y creando las playas de arena blanca que tanto nos enamoran. Cada grano de arena es un testimonio de esta lenta pero constante transformación, un recordatorio de que incluso las rocas más duras ceden ante el poder persistente de la naturaleza.

Entender la evolución geológica de las Islas Cíes no solo enriquece la visita, sino que también fomenta un respeto más profundo por estas maravillas naturales. Al recorrer sus senderos, explorar sus playas y mirar hacia el horizonte desde sus altos acantilados, no solo estamos viendo un paisaje hermoso, sino también leyendo las páginas de un libro abierto que ha tardado millones de años en escribirse. Así que la próxima vez que visites, tómate un momento para apreciar no solo la belleza que entra por los ojos, sino también la increíble historia geológica que yace bajo tus pies.