Cuando abres la puerta de tu casa lo primero que todo el mundo ve es el recibidor. Algunos se quedan tan solo con esa imagen de tu vivienda. ¿Qué impresión te gustaría que se llevaran? ¿La de un espacio triste o vacío o la de un rincón repleto de glamour incluso cuando no sea excesivamente grande?
Para conseguirlo, al Comprar muebles de entrada debes tener en cuenta una serie de consejos básicos. Para empezar, el tamaño del mueble tiene que estar en consonancia con el tamaño de tu recibidor. No vale eso de que como cabe, lo voy a poner. No solo tiene que caber, tiene que verse equilibrado.
Si tu entrada es muy pequeña seguramente las consolas suspendidas sean la mejor opción ya que dejarán libre todo el suelo y visualmente parecerá que tienes un espacio mayor. Elige un mueble en tonos claros, porque también darán sensación de luz y de amplitud.
Para completar tu consola, puedes elegir un espejo a juego. Se llevan con formas geométricas y algunos adornos al más puro estilo años veinte, sí, pero del siglo pasado. Todo lo que nos recuerde a los felices años veinte será tendencia en esta nueva década de los veinte que ha comenzado con el pie un poco torcido.
El espejo también dará más luz y sensación de espacio, especialmente si se escoge uno algo grande. Con este conjunto podemos tener suficiente para una entrada de pequeño tamaño, pero no es la única opción con la que podemos contar.
Si tu entrada tiene que ser también lugar de almacenaje para algunas prendas, puedes escoger un mueble que sea además zapatero. O, si cabe en el espacio, un mueble que tenga un banco y perchero para dejar los abrigos.
Banco que además es espacio de almacenaje para abrigos y perchas son la combinación ideal para que, al llegar a casa, se pueda dejar la ropa de la calle y entrar en el interior del hogar sin zapatos sucios o abrigos que gotean agua. Si se escoge una bonita tela de tapizado, puede resultar coqueto y muy elegante.
Para los recibidores realmente minúsculos existe la opción de un gran espejo para verse de cuerpo entero y aumentar el espacio visualmente hablando y, a cada lado de este, una percha colocada directamente en la pared. Una opción muy minimalista pero práctica y bonita si se elige, por ejemplo, un lacado en blanco y negro muy glamouroso.