Una casa a prueba de bombas

¿Eres un fanático del orden y la limpieza y has tenido un hijo? Prepárate a sufrir. En unos meses tendrás la casa manga por hombro. Y no, no habrá solución: en cuanto el niño empiece a andar, olvídate de sacar brillo a esa lámpara de pie que compraste en París. Mejor la quitas sino quieres tener que volver cada mes a comprar otra.

La lámpara de pie que nosotros teníamos en el pasillo no estaba comprada en la capital de Francia, sino en unos grandes almacenes del extrarradio: pero le teníamos aprecio. Por lo visto, nuestro hijo Darío no le tenía el mismo aprecio que nosotros, ya que colisionó deliberadamente con ella en varias ocasiones hasta que, definitivamente, la partió. Por suerte, no hubo consecuencias personales que lamentar, como diría el telediario, pero sí materiales: aparte de la lámpara que ya la dábamos por perdida desde hacía tiempo, hubo que hacer un pedido urgente de bombillas online. Porque claro, esa no fue la única lámpara que feneció en circunstancias desagradables.

En el salón tenemos otra lámpara en una mesita. Tampoco se trata de un objeto muy caro, pero si le teníamos cierto cariño porque llevaba mucho tiempo con nosotros. Diréis que somos unos negligentes por dejarle al alcance otra lámpara si ya había roto una. En realidad, “no estaba al alcance”, pero el chaval trepó por el sillón hasta alcanzar el cordel con el que se enciende el aparato, tiró de él, y aunque yo me lancé cual portero de fútbol para evitar el desastre, no conseguí atajar el disparo…

Tras el desenlace de esta nueva rotura de lámpara, además de volver a comprar bombillas online, decidimos hacer algunos cambios en casa. Una casa a prueba de bombas en la que nada pueda ser roto. Bueno, sabemos que eso es casi imposible, pero lo estamos intentando.

El caso de su habitación es curioso. Parece la celda de un psiquiátrico, con el suelo y parte de las paredes acolchados. Cuando entra en bucle y empieza a arrojarse contra todo, le metemos en su habitación donde no hay ningún peligro. Y que desfogue ahí.

Las bombillas ecohalógenas

Las bombillas ecohalogenas son aquellas que utilizan un filamento metálico que, al suministrarle corriente eléctrica, se calienta y produce luz. Este filamento está en el interior de una ampolla de cuarzo y dentro hay gas inerte y halógeno, de ahí el nombre de estas bombillas. El gas halógeno que normalmente se utiliza en este tipo de lámparas es Xenón o Kriptón, lo que mejora el rendimiento respecto a las lámparas halógenas convencionales, por eso la etiqueta de eco.

No obstante, no dejan de ser bombillas halógenas y, como tales, se han dejado de fabricar en septiembre del 2018. Si es así, ¿cómo es que puedes encontrarlas en cualquier supermercado? Esto es porque los stocks de bombillas que ya habían sido fabricadas en la fecha pueden continuar vendiéndose hasta que se agoten.

Pero, ¿por qué se prohibieron estas bombillas si eran más eficientes que las halógenas convencionales? Pues la respuesta es simple y llanamente, porque las bombillas Led son muchísimo más eficiente y no contaminan como las halógenas, por lo que son la luz del futuro y ya la del presente en muchos hogares.

Aunque las bombillas halógenas y las ecohalógenas tenían una duración mucho mayor que las convencionales, lo cierto es que las LED las superan por mucho. Esto es, todo son ventanas con esta forma de iluminación. Todo menos el precio inicial.

Si bien es cierto que el coste de una bombilla LED va a quedar más que amortizado por la cantidad de horas que dura, también lo es que su coste inicial es mucho más alto que el de una bombilla tradicional o una eco halógena. Aunque hoy se pueden encontrar bombillas LED por entre tres y cinco euros, las ecohalógenas cuestan mucho menos y por eso resultan tentadoras para el consumidor, sobre todo cuando tiene que comprar muchas unidades.

Los expertos en consumo lo tienen claro, si no se quieren comprar todas las bombillas de casa LED a un tiempo, al menos sí hay que reponer las que se vayan estropeando por bombillas de este sistema y olvidarse de una vez y por todas de las bombillas convencionales, aun a la venta en algunos establecimientos, o las bombillas halógenas de cualquier tipo que sean.

En cualquier caso, cambiar todas las bombillas de la casa por bombillas LED a un tiempo puede ser una inversión inicial costosa, pero el ahorro se va a notar desde el primer momento.