4 trucos para hacer las mejores tostas

  1. Un pan de base de calidad. Da igual que hayas escogido los mejores ingredientes para tu plato y que estos tengan la mejor combinación. Si el pan de base no es bueno puedes echar a perder tu tosta. Un buen ejemplo es cuando vemos cómo nos sirven esto en un trozo de pan de molde. No puede haber forma más rápida de estropear una receta con la que es prácticamente imposible fallar.

El pan de pueblo o similar, con apariencia rústica y elaborado con masa madre, es el mejor para prepararlas. Hay que cortar una rebanada que no debe de ser excesivamente fina para que no rompa, pero tampoco muy gruesa para que nos permita saborear bien todo lo que lleve encima.

  1. Ingredientes deliciosos y sorprendentes. Las tostas aceptan prácticamente cualquier ingrediente que podamos imaginar. Pero los ingredientes de calidad le darán a este plato su toque especial. Si sumamos ingredientes diferentes a los habituales, conseguiremos despertar la curiosidad de los comensales. Podemos Comprar online queso azul de los pirineos y hacer que nuestros invitados o clientes saboreen una tosta diferente, con un tipo de queso que no es el que normalmente se usa para estos platos, pero que sin duda alguna va a encajar perfectamente.

No dudes en probar todas las combinaciones que se te ocurran para crear nuevas tostas cada vez, pero no olvides que debes de probarlas siempre tú antes de hacerlas para otras personas.

  1. Fuego lento y un toque final de gratinado. El pan debe de tostarse a fuego lento para que también se tueste por el interior sin quemarse por fuera. Una vez que el pan está listo se montan los ingredientes y, si la tosta así lo pide, se gratina para que quede absolutamente perfecto. Cuando la tosta lleva queso, este debe de quedar perfectamente fundido y solo en casos especiales debe de verse tostado. Lo mejor es que a la vista lo percibamos cremoso y con una tonalidad natural para que no se altere su sabor.
  2. Una presentación impecable. Comemos con los ojos y por eso la tosta tiene que tener una presentación absolutamente impecable. Desde la elección del plato hasta la colocación de los ingredientes todo tiene que ser cuidadoso y con muy buen gusto para que al llegar a la mesa se vea apetitoso incluso antes de haberlo probado. No olvides que todo lo que facilita el corte y la comida también será visto con buenos ojos por quién lo recibe.