Hay personas que creen que existen profesiones vocacionales puras, es decir, que quienes nacen con esa vocación y con cualidades para ello, no necesitan una formación. Un ejemplo es la actuación. No son pocos los actores que presumen de ser autodidactas, pero para cualquiera que tiene una buena formación o que entiende de cine, es obvio que este talento lo tienen unos pocos elegidos que se cuentan con los dedos de una mano.
En el resto de los casos, las carencias de los actores que carecen de formación son más que evidentes y la mayoría de ellos acaban contratando profesores privados que les ayuden a adquirir técnicas y a pulir esos trucos que han aprendido con la experiencia, pero de los que no han sabido obtener todo el beneficio.
Lo ideal es comenzar a interpretar contando con herramientas que ayuden a conseguir un buen trabajo. Las cualidades que se tengan de forma natural pueden ser muy mejoradas con un Grado en Interpretación que ayude a conocer los mejores trucos para lograr actuaciones memorables y ofrezca al futuro actor las herramientas que necesita para defenderse tanto ante una cámara de cine o de televisión como en riguroso directo sobre las tablas de un teatro.
Estudiar para ser actor es importante, formarse es fundamental ya que estamos ante un mundo en el que hay una gran competencia. Caras bonitas o personas con frescura hay muchas, pero que además sepan moverse en un escenario, tengan técnica y conocimientos… ya son muchas menos. Se jugará con todos los ases en la manga y las posibilidades de éxito se incrementan.
Acudir a una audición sin tener conocimientos es garantía de fracaso absoluto. Es impensable creer que se puede llegar y seducir a un equipo experto que sabe exactamente lo que está buscando sin tener experiencia o conocimientos. E incluso si esto sucede, las limitaciones del actor o actriz irán quedando en evidencia al querer llevar a cabo trabajos ambiciosos con otros profesionales.
El movimiento en el escenario, la expresión corporal, la dicción… todo esto se trabaja en un grado en interpretación junto con otras muchas cosas, como actuar sin mirar a la cámara o sin dejarse inmutar por el público sentado a pocos metros en un teatro. Y esto es así porque en estos cursos no solo se trabaja la teoría, también se trabaja en gran medida la práctica.